Tachos de pintura, aerosoles, andamio, tambores y amigos fue todo lo que se necesitó para que el encuentro artístico de la Trastienda del Boulevard fuera una fiesta. Kilomba desplegó su creatividad y frescura en la fachada al compás de la música en vivo y la mirada atenta de todos los amigos de Boulevard que se acercaron a compartir el momento. Bolsitas con maníes, gaseosas y cervezas, y mucha buena onda completaron el combo, que resultó divertido y sumamente inspirador tanto fuera como dentro de La Trastienda.
Mientras tanto en Boulevard se vivió otro tipo de arte gracias al delicioso sabor de las quesadillas. ¡Muchas gracias a todos por acompañarnos una vez más y muy buen fin de semana!
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