La Galería del Boulevard se convirtió anoche en un patio de juegos donde no se necesitó voz para poder escuchar historias. Cada niña retratada por Elizabeth Waltenburg contó su episodio de un mismo relato a través de la intensidad de sus colores y miradas. Son niñas silenciosas, y sin embargo, contundentemente expresivas.
Es una muestra cautivadora, y la familia y amigos que se acercaron para acompañar a Elizabeth lo confirmaron con su recorrido sereno a lo largo de las obras. Es arte que inspiró a hablar de arte y de colores.
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